EE.UU.-China: el reloj corre, pero aún queda un espacio para resetear la relación
Once años atrás enseñé en la prestigiosa Universidad de Nankai bajo el programa de la Comisión Fulbright en China. En una de mis clases les pregunté a los estudiantes si creían que el desarrollo económico lleva a la democracia. Mi pregunta generó un debate infrecuente, lúcido y optimista sobre el futuro de China.